Iosu Juaristi (EH Bildu)
IOSU JUARISTI
(EH Bildu)
Egun on, denoi.
Ez dut hor bertan egoteko aukerarik, baino era batera edo bestera parte hartu nahi nuen eztabaidan eta ikastaro hauetan, eta horregatik espero dut bideoa ondo jasoko duzuela eta ondo entzungo duzuela. Nere iritzia behintzat eman nahi nuen gai honetaz.
Pertsona migratzaile eta errefuxiatuen egoerak sekulako garrantzia du neretzat eta Euskal Herria Bildurentzat. Horregatik, Europako Parlamentuan sartu bezain pronto, ezkerreko taldean lantalde bat sortu genuen eta lehenengo aukeran errefuxiatuen etorrera bideak eta kanpamenduak ikuskatzera izan nuen aukerari heldu eta bidaiatzen hasi nintzen. Lanpedusan eta Sizilian lehenengo, Jordaniako kanpamenduetan horren ondoren, Balkanetako ibilbide osoan, Idomenitik gora jarraian, eta gero Lesbos eta Atenasen berriro. Kalen ere izan nintzen, eta azkenik, orain dela hilabete pare bat, Turkian, alde batetik, iparraldeko atxiloketa gunetan, eta bestetik, Siriako mugan. Lehen ere Jordaniara joan nintzenean, Siriako mugan egon nintzen eta orain berdin, baino Turkiako aldean ikusteko han bertan zein den egoera eta, sinetsidazue, egoera beldurgarria da benetan.
Leku hauetan guztietan esango nuke egon den Europar diputatu bakarra naizela eta egia esan nere aurtengo eta hurrengo partean (bi urte egin ditut dagoeneko Europako Parlamentuan) eta izan da benetan beharbada lanik aberasgarriena, gogorrena baina baita aberasgarrienetakoa ere.
Gauza asko ikusi ditut bidaia hauetan, gauza gogorrak, eta testigantza beldurgarriak ere entzun ditut ehunka errefuxiatuekin hitz egin eta gero. Oso garbi eduki behar dugu ezinbestean datoztela pertsona migratzaile eta errefuxiatu guzti hauek. Inork ez du bere herria utzi nahi eta jende askorekin hitz egin dut, esan bezala, eta denek berdina esaten dute: beste erremediorik, beste aukerarik ez dutelako ateratzen dira beraien herrialdeetatik eta Europa da gure hegoaldetik eta ekialdetik datoztenen aukera bakarra.
Ez datoz guri lana kentzera, ez datoz gure diru-laguntzak edo subentzioak jasotzera; bizitza duin bat izateko eta bizi irauteko duten aukera bakarra dutelako etortzen dira Europa aldera beraien herrialdeak utzita. Eta beraien tokian jartzen ez garen bitartean esango nuke ezingo dugula pertsona hauen benetako egoera eta errealitatea ulertu.
Imaginatu ezazue zuek zaretela. Imagina ezazu zu zarela hiru edo lau seme-alabekin datorrena bere bizitza jokoan jarriz. Imagina ezazu zu zarela hamabost urteko mutil hori Afganistanetik beharbada bakar-bakarrik datorrena eta horrelako milaka eta milaka etorri dira eta etorriko dira. Eta imagina ezazu bizitza jokoan jarri behar duzula, zurea eta zure seme-alabena Europara iristeko eta gero Europan begira askotan eta askotan zein den ongietorria. Hori baita gertatu dena eta hori baita gertatzen ari dena, etorrera ez baita geratu, Europar Batasuneko Estatu kideek ateak ixtea erabaki arren. Eta hau ez da ezinbestean gertatzen den zerbait. Esto no es algo inevitable.
La decisión de huir de estos países de África, Oriente Medio o Asia quizás no sea responsabilidad directa de la Unión Europea –alguien podrá decir que es una decisión personal–, pero sus Estados miembros sí son responsables del drama político y militar, social y económico de estos países, directa o indirectamente. Y, por supuesto, son directamente responsables de que deban jugarse la vida tanto en el mar Egeo como en la zona central del mar Mediterráneo.
Lo que sucedió el año pasado en la zona de Lesbos y otras islas del Egeo es buena prueba de ello, en mi opinión. Incluso las personas refugiadas sirias, cuya entrada en territorio de la Unión Europea había sido o era aceptada, debían pagar miles de euros y jugarse la vida en embarcaciones absolutamente precarias –y créanme, porque he visto muchas de estas embarcaciones–, cuando podían haber entrado por la frontera terrestre de Grecia o usando los ferris que conectan Turquía con Grecia, con las islas griegas. Es decir, ha habido una decisión consciente y premeditada de que los refugiados y las refugiadas se jueguen la vida para llegar a Europa.
Y el argumento de las mafias, que por supuesto existen, es solo una parte, una parte interesada para explicar esta situación. Cada vez que los Estados miembros han tomado decisiones para cerrar un poco más la puerta, las mafias se han frotado las manos y esto lo conozco de primera mano.
Este argumento es tan falaz como el que sostiene que para mantener la libre circulación de personas dentro de la Unión Europea es preciso controlar _–lo cual es un eufemismo de cerrar– las fronteras exteriores de la Unión. Es el viejo dilema, en mi opinión tramposo e interesado, entre seguridad y libertad.
Todo esto forma parte de una lucha ideológica prolongada que nos está imponiendo un modelo de sociedad basado en nosotros y los otros, nosotras y las otras, basado en el miedo al diferente, que alimenta y fomenta la xenofobia y el racismo, y entierra la justicia, la responsabilidad y la solidaridad. Y EH Bildu defiende justamente un modelo de sociedad basado en la justicia social, la responsabilidad y la solidaridad, una sociedad en la que todas las personas gocen de todos los derechos. Todas las personas. Por supuesto, también las personas migrantes y refugiadas.
Como os decía, he viajado prácticamente a todas las rutas de entrada a la Unión Europea y a muchos de los campos de refugiados que rodean o están dentro de la Unión Europea y quiero aprovechar este momento, esta oportunidad de participar en este debate, para rendir homenaje a todas las voluntarias y activistas que están dando lo mejor cada día para ayudar a estas personas y también para tener una sociedad distinta.
Quería acabar con un par de apuntes en relación con la situación que actualmente se vive en Siria, en Irak y, por supuesto, también en Turquía.
En Siria, como todos sabéis, la matanza ha sido brutal, la economía y el sistema sanitario están absolutamente destruidos, la esperanza de vida ha descendido veinte años en apenas un lustro y es una sociedad que ya ni siquiera podría calificarse de tal. El número de desplazados, es decir, de personas que han tenido que huir de sus pueblos, de sus casas, pero siguen aún en Siria, se acerca ya a los siete millones de personas. Hay veinticinco mil heridos al mes tratados en los hospitales de Siria y al menos un millón de personas atrapadas en zonas aisladas o sitiadas en las que no hay acceso, en las que están pasando hambre, adonde no pueden llegar las medicinas y el material médico más básico, y el cerco de civiles y el hambre se han convertido en instrumentos de guerra.
Es verdad que de Siria se habla mucho, es verdad que no se habla mucho de esos cientos de miles de desplazados que están en tierra de nadie, que no pueden ni tan siquiera acceder a Turquía o no pueden acceder a Jordania, pero no se habla mucho de la situación en Irak, una situación que se está deteriorando y que va a seguir originando un flujo de personas refugiadas que van a querer, que van a necesitar seguir entrando o intentar entrar en la Unión Europea.
Y de Turquía me gustaría deciros que el acuerdo, la declaración de intenciones o lo que sea, porque no es un tratado internacional y no tiene un valor jurídico como tal, lo pactado entre la Unión Europea y Turquía, en nuestra opinión, es injusto, es ilegal y es profundamente inhumano. En Turquía el derecho a huir de la guerra no está garantizado, porque con la aquiescencia o porque la Unión Europea está cerrando los ojos, Turquía está levantando un auténtico muro en la frontera sur con Siria y esos cientos de miles de personas de las que os hablaba no pueden acceder ahora a Turquía y no pueden tener una oportunidad para sobrevivir, para salvar la vida en muchos casos, porque se encuentran –y esto lo recogimos en testimonios directos en Kilis, en la misma frontera turca con Siria, de personas que hacía un mes habían conseguido huir poco antes de que empezaran a erigir ese muro– sabemos perfectamente que hay cientos de miles de personas en el lado sirio entre Alepo y Kilis en campamentos sin techo, sin comida, sin servicios médico obviamente. Porque son unas poquitas, muy poquitas ONG las que pueden trabajar allí, están en una situación absolutamente desesperada, más desesperada cuando saben perfectamente que es imposible o prácticamente imposible superar ese muro que les separa de Turquía.
A Turquía hay que reconocerle, a la sociedad y al gobierno, que están ayudando a estas personas refugiadas, pero de igual modo hay que reconocer que Turquía no es un país seguro y que la situación para estas personas es muy, muy complicada. Turquía no es un país seguro ni tan siquiera para los refugiados y mucho menos para buena parte de la ciudadanía que vive bajo su Administración. Yo he viajado un par de veces a la zona de Kurdistán, he estado en Diyarbakir y he visto las fotos del distrito sur de Diyarbakir después de los bombardeos del ejército turco. Esas imágenes se asemejan mucho a lo que ha pasado y a la situación actual después de los bombardeos israelíes en Gaza. Es una destrucción absoluta y de eso no se habla. Pero tampoco la situación de las personas refugiadas es la ideal. De los dos con siete millones de personas refugiadas sirias que están Turquía, solo un diez por ciento vive en campos, lo cual quiere decir que en esos campamentos tienen un acceso mejor, por ejemplo, a servicios básicos de salud y quizás también de educación, pero el resto, ese noventa por ciento restante, vive, o malvive, o sobrevive como puede en las ciudades turcas con un acceso a servicios públicos o básicos muy complicado.
Es mucho peor la situación de los cerca de cuatrocientos mil refugiados no sirios que intentan sobrevivir como pueden en Turquía. Muchos de ellos o algunos centenares de ellos, varios miles se encuentran en centros de detención, en régimen de cárcel absoluto, en unas once cárceles o centros de detención diseminados en Turquía. Pudimos entrar una delegación de GUE/NGL –y es la primera vez que sucede–, pudimos entrar en dos de esas cárceles. La situación o el régimen es absolutamente de prisión. Hay mujeres con niños que viven en ese régimen de prisión y sin ningún futuro, a pesar de que en el acuerdo con la Unión Europea internacional pueden acogerse a asilo. Pero un representante del gobierno turco nos dijo expresamente que su objetivo es deportar al cien por cien de esas personas, porque consideran que esas personas que han sido expulsadas de Grecia han podido pedir asilo, protección internacional en Grecia, algo que tampoco en muchos casos ha podido suceder.
En fin. Esta es la situación, esto es lo que yo en mis viajes en este último año desde Lampedusa a Turquía he podido ver y he podido comprobar. La situación es terrible, la situación de estas personas es terrible y estas personas van a seguir entrando. Lo que está en juego no es solo la Unión Europea., Lo que está en juego es el tipo de sociedad, el modelo de sociedad que queremos tener y esa es la clave, en mi opinión.
Muchas gracias por vuestra atención.
Espero dut ikastaro eta eztabaida aberasgarria izango duzuela. Berriro sentitzen dut hor bertan egoteko aukerarik ez edukitzea eta espero dut hurrengo batean bertan parte hartzeko aukera izango dudala.
Eskerrik asko.